Este ejército de minirrobots podría ayudar en las tareas de rescate tras una catástrofe
En los seres humanos y cuando alguna célula de algún órgano en particular muere por cualquier razón, las macromoléculas ayudan al cuerpo a repararse, regularse y protegerse, sin comprometer en momento alguno el resto de las funciones del organismo.
¿Qué pasaría con un ejército de minirrobots?
Lo mismo no ocurre en los sistemas creados por el hombre, como es el caso de los motores que dejan de funcionar o funcionan defectuosamente cuando alguna de sus piezas se daña o altera.
Si los investigadores lograran comprender mejor el maravilloso proceso del restablecimiento y reorganización celular, sería el momento propicio para trasladar dicho aprendizaje al proceso tecnológico para innovarlo.
Esa inquietud fue lo que quizás llevo al investigador James Sharpe y su equipo del Laboratorio Europeo de Biología Molecular de Barcelona a emplear los procesos biológicos en una especie de enjambre de minirrobots.
Al igual como sucede en las células y como sacado de una película de ciencia ficción, el equipo logro que los robots se comuniquen entre sí, no obstante no estar programados para ello, fundamentado solo en la comunicación entre robots y el movimiento.
El interesante trabajo fue publicado en la revista Science Robotics y da pie para que en un futuro no muy lejano, se organicen especies de ejércitos de estos minirrobots que sirvan para sondear y realizar investigaciones en caso de desastres naturales.
Si se juntan pueden tener la capacidad de conformarse en distintas estructuras en dimensiones que se puedan aplicar a infraestructuras como edificios y puentes, en el caso que sea necesario realizar el rescate de víctimas.
De acuerdo a la información aparecida en la revista Science, los robots solo fueron programados con normas básicas de interacción con otros robots situados en un perímetro no mayor de 10 centímetros, al igual como sucede en las células que conforman un tejido humano y que solo interactúan con las células más cercanas.
En el trabajo de James Sharpe y su equipo también intervino el Centro de Regulación Genómica de Barcelona y científicos expertos en robótica de la Universidad de Bristol del Reino Unido.
Los principios que se desarrollan en las células fueron llevados por el equipo de investigadores a un pequeño ejército de minirrobots.
El equipo se inspiró en la morfogénesis de los tejidos epiteliales, que surge del comportamiento de sus células constituyentes, incluidos los cambios en la forma, los reordenamientos y las divisiones.
En muchos casos la forma de actuar de estos eventos celulares está controlada por la distribución polarizada de componentes moleculares específicos. Esta comprensión sirvió a los investigadores que instalaron programas en los robots, haciéndolos funcionar de manera similar en lo que respecta a los reordenamientos que trabajan en las células.
Durante las investigaciones, los científicos efectuaron numerosos ensayos que les permitieron deducir la capacidad que tenían los robots para realizar movimientos y modelos resistentes al deterioro, al tiempo que mostraron características que les permitían adaptarse a las variaciones del entorno.
Al igual que las películas de ciencia ficción, estos robots no cuentan con un programa prediseñado para que actúen de una manera determinada, al contrario, sus reacciones son solo el resultado de la comunicación e interacción de robot a robot.
Con estos robots se pueden desarrollar una serie de aplicaciones que van desde la autoconstrucción de edificaciones que se acoplan a estructuras del entorno.
El resultado ha sido tan asombroso que se puede hablar de enjambres de minirrobots que pueden comportarse como satélites y más allá, un ejército de nano partículad que tiene la capacidad de reorganizarse para hacer llegar un determinado fármaco a células enfermas, como es el caso del cáncer.
Instituciones que participaron en el proyecto
El Laboratorio Europeo de Biología Molecular EMBL, fue fundado en 1974 y se trata del laboratorio más significativo de Europa, siendo esta una organización intergubernamental que agrupa a más de 80 equipos de investigación dedicados al estudio de la biología molecular.
Tiene sedes en seis ciudades de Europa, como Heidelberg, Barcelona, Hamburgo, Grenoble, Roma y EMBL-EBI Hinxton.
En su sede ubicada en Barcelona, los investigadores se dedican a estudiar cómo funcionan y se desarrollan los tejidos y órganos, no solo cuando se está sano, sino también durante las enfermedades.
Se trata de un laboratorio vanguardista que cuenta con una infraestructura e instalaciones de las más avanzadas, que permite a investigadores de otras latitudes acceder a novísimas tecnologías de microscopía, para el estudio de los tejidos.
El laboratorio de Robótica de Bristol es el centro de investigación de robótica multidisciplinaria más importante del Reino Unido.
Su funcionamiento obedece a la colaboración existente entre las Universidades del Oeste de Inglaterra y la Universidad de Bristol. El Laboratorio ha desarrollado una vasta gama de estudios y propuestas en materia de robótica que van más allá de las fronteras del Reino.